Cuidarse está de moda. Es una realidad tangible que podemos apreciar día a día en nuestra sociedad. Sólo basta pasear por las calles de la ciudad para cruzarnos con numerosos paseantes de andar alegre e inquieto decididos a cumplir su objetivo de pasos diario.
Un paseo por el vial, en el que podemos encontrarnos con “runners” observando sus relojes en busca de su “mejor tiempo” . Cada vez más ciclistas conquistan a diario nuestra Sierra y los centros deportivos se multiplican en la ciudad ofreciendo todas las alternativas posibles para hacer actividad física, deporte e invertir nuestro tiempo libre en el cuidado físico.
Cada vez somos más conscientes que es necesario trabajar, entrenar y sacrificarnos para disfrutar de un buen estado a nivel físico, estar en forma y sentirnos activos.
Los centros dedicados a la medicina estética se han multiplicado en los últimos años. Según un informe de la Sociedad Española de Medicina Estética ( SEME) del año 2020 casi un 36 % de la población se ha realizado algún retoque estético . 4 de cada 10 españoles mayores de 26 años. Una práctica que se está viendo incrementada año tras año y cada vez a edades más tempranas.
Parece ser que todo el mundo quiere verse mejor físicamente, el cuidado y bienestar físico está ocupando cada vez mayor peso en nuestra vida diaria.
De tal manera que cuando por cualquier dolencia física , lesión o sobrecarga nos aquejamos de dolor, malestar o tensión no dudamos en acudir a fisioterapia, rehabilitación, osteopatía etc.
Tenemos claro que necesitamos ayuda , necesitamos liberar tensión y descargar la musculatura y en consecuencia buscamos la ayuda de profesionales en el sector.
Sin embargo, cuando la dolencia, la sobrecarga o el malestar no es físico sino emocional… ahí cambia la dinámica… Aún no está de moda cuidar la mente, las emociones y el alma.
El estrés, el ritmo de vida, la competitividad , la sobrecarga de trabajo y responsabilidades cotidianas nos ahogan cada día más, pero todavía ese peso , se lleva en silencio y a escondidas.
No está de moda exhibir a la sociedad que nos sentimos sobrepasados por cualquier circunstancia de la vida y que por ello necesitamos ayuda, necesitamos cuidarnos.
Todos vamos ataviados orgullosos al gimnasio o a practicar nuestro deporte favorito, o lucimos tiras fosforitas alrededor de nuestro cuerpo tras salir del fisioterapeuta pero aún nos avergonzamos al decir que vamos al psicólogo o terapeuta porque nos encontramos desbordados.
Todo el mundo entiende que debemos guardar reposo y parar nuestro quehacer diario por una lesión física, o enfermedad con sintomatología física ( vómitos, dolor de cabeza, dolor de espalda, fiebre…etc) pero el sentirnos angustiados, tristes, ansiosos, depresivos , apáticos no es lo suficientemente importante como para hacer un alto en nuestra rutina diaria, escucharnos, y atender ese malestar.
Cuando alguien se siente mal emocional y/o psicológicamente y se atreve a contarlo ,las personas de alrededor suelen minimizar los síntomas, restan importancia a los mismos y como si de un milagro se tratase recetan miles actividades para que se vayan esos pensamientos y sentimientos . “ Céntrate en tu trabajo”, “ nada de eso es para tanto”, “ sal con tus amigos/as” , “ apúntate a hacer alguna actividad deportiva….”
Cualquier cosa es válida excepto hacerse cargo de esos sentimientos , aceptarlos y pedir ayuda a profesionales de la salud mental. Cuando realmente es lo adecuado y necesario.
Al igual que buscamos entrenadores personales, acudimos en masa en centros deportivos o a centros de fisioterapia para mejorar y recuperar nuestro estado físico. Nuestra salud mental no merece menos.
También necesitamos aprender a cuidarnos a nivel psicoemocional, entrenar buenas prácticas para con nosotros mismos , tomar conciencia de que actitudes y hábitos debilitan nuestra bienestar emocional y “
entrenar “ día a día para tener una mejor forma psicoemocional .
Tenemos que poner de moda el autocuidado psicoemocional, el atender nuestras emociones y sentimientos, el hacernos cargo de cómo nos sentimos y pedir ayuda a los profesionales necesarios.
Los seres humanos , somos seres integrales que no pueden ser divididos en cuerpo y mente . No hay dolencias de cuerpo y dolencias de mente. Existe el malestar y debe ser atendido de igual manera y con el mismo respeto.
Pongamos de moda cuidarnos, pero cuidarnos en todos los sentidos y de una forma holística integrando todo lo que somos .
Quizás entonces descubramos que no necesitamos tanta atención,
cuidados, duros entrenamientos y/o retoques físicos sino atendernos
como personas y no como objetos.
Fdo: Raquel Osuna Jiménez